Hoy os vamos a informar sobre los tipos de materiales con los que se fabrican los textiles más comunes y su conservación. Muchas veces por prisa o dejadez nos olvidamos que cada tejido necesita de un cuidado distinto dependiendo del material con el que está confeccionado por lo que, sin querer, acortamos la vida de las prendas al no lavarlas como se debe o no secarlas como nos indica la etiqueta…
¿Qué tipos de fibras se utilizan para la creación de tejidos?
Los tejidos pueden elaborarse mediante fibras naturales (lana, algodón, seda…), artificiales (rayón o viscosa) o sintéticas (poliéster, nailon…) obviamente cada una posee cualidades diferentes.
En el caso de tejidos de algodón obtendremos prendas que absorberán con facilidad la humedad, resistentes, hipoalergénicas y que no generan electricidad estática. Su uso está muy extendido y además de confeccionarse con él sábanas y toallas, forma parte de nuestra indumentaria habitual. Su mantenimiento es muy sencillo. Se puede lavar sin problemas de 30-40 grados en la lavadora, puede utilizarse el centrifugado, se plancha con facilidad y admite el uso de lejía.
En el caso del lino obtendremos prendas transpirables y duraderas con un tacto suave y perfecto para temperaturas cálidas. Actualmente se utiliza tanto para artículos del hogar como para prendas de uso diario. Los tejidos de lino tienen la peculiaridad de que con cada lavado ganan en brillo. Debe controlarse la temperatura del lavado, usar detergentes neutros y evitar el centrifugado puesto que son prendas que se arrugan con mucha facilidad. El planchado será más fácil si la prenda aún está húmeda.
La seda suele utilizarse para prendas de alta calidad, prendas ligeras y vaporosas relacionadas con el lujo. Su caída, su suavidad y su brillo natural la hacen tener un hueco entre los trabajos de alta confección. Son prendas más delicadas que requieren un poco más de cuidado. Es recomendable que se laven a mano o con un programa de lavadora para tejidos delicados. Debe utilizarse un detergente neutro y no hacer uso de la lejía. No debe utilizarse ni el centrifugado ni la secadora y es mejor secarlos extendidos evitando que le de la luz del sol de manera directa.
A la lana deberemos prestarle también atención puesto que requiere de cuidados especiales. La lana retiene el agua hasta un 45% de su peso, es aislante térmico, mantiene alrededor de la piel el calor que ésta genera proporcionando sensación de calidez y no produce electricidad estática. Debe lavarse en frío o a baja temperatura y con un programa adecuado para prendas delicadas. Si se lava a altas temperaturas puede encoger. No es aconsejable ni el centrifugado ni la secadora por lo que a la hora de secarla conviene, para evitar que se deforme, secarla en horizontal.
Por último, el poliéster es una fibra sintética con la que se consiguen prendas resistentes pero no absorbentes, no se arruga con facilidad. Se pueden lavar a máquina a temperatura media (40 grados) y también en seco. Admite perfectamente el centrifugado y el uso de la secadora. Su planchado es conveniente hacerlo a baja temperatura.
Estos son sólo algunos ejemplos de las fibras de las que pueden estar fabricadas algunas de vuestras prendas de hogar o de uso personal. Recordad siempre que la etiqueta de las prendas es una información útil y que debemos de tener siempre en cuenta.
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